domingo, 29 de abril de 2007

EXPERIENCIAS RELIGIOSAS.I

Ni ella ni Dios.
(Esta es la primera de tres historias de la trilogía Experiencias Religiosas.)

Este es la historia de Sandra una mujer y su relación con la religión. Ella asistía a una escuela de orden religioso dónde antes de cada clase se rezaban oraciones y jaculatorias ella odiaba hacerlo, más lo tenía que hacer, ya que al que se sorprendiera no rezando y repitiendo las jaculatorias era reprendido, muchas veces Sandra había pasado por esos regaños que no eran más que pláticas, igualmente aburridas, que la trataban de convencer que Dios la castigaría por no rezar y portarse mal.

Un día, terminando el receso, Sandra corría a su Salón de clases cuando escuchó llorar en uno de los cubículos a una de sus compañeros, se acercó y vio una de las escenas más horribles de su vida, era Martha su mejor y única amiga, ella estaba golpeada y sangraba entre las piernas, junto a ella estaba Sergio, su novio, a quién Sandra odiaba porque había alejado a su amiga de ella, pero no lo odiaba tanto como para no sentir algo al verlo con un bolígrafo enterrado en su cuello. Sandra gritó pidiendo ayuda, uno de los sacerdotes se acercó vio la escena sacó a Sandra y de pronto no se escuchó más el llanto de Martha. El padre Bernardo salió del lugar lo cerró y abrazó a Sandra dándole el pésame, calló desmayada en cuanto el padre le dio la noticia. Ella despertó en la camilla de la enfermería estaba confundida de inmediato preguntó a la madre que la atendía que había pasado con su amiga, la madre respondió, que los cuerpos ya se los habían llevado, salió Sandra de la enfermería e intentó salir de la escuela pero el padre Bernardo la detuvo, se sentaron en un a banca y ella comenzó a relatar todo lo que había visto, el padre se alteró de pronto sin saber porque, anteriormente ella había notado cierto disgusto del padre cuando se enteró que Martha y Sergio tenían una relación; por tal motivo preguntó Sandra al padre que era lo que le molestaba, pero él no contestó nada y se retiró.

Sandra, con el deseo de saber a dónde habían llevado el cuerpo de su amiga, siguió al padre hasta su habitación, tocó la puerta y nadie respondió, entró al cuarto y la segunda gran sorpresa del día, la habitación del Padre Bernardo estaba llena de fotografías, fotografías que le partieron el corazón, dichas imágenes eran de su amiga Martha. Sandra, furiosamente, destruyó todas las fotos, en ese momento llegó el padre bernardo, miró la escena y lo único que dijo fue, perdón Sandra, se que te quité a tu única amiga pero yo la amo y él la amaba también peleó hasta el fin por ella pero no pudo ganar, y Sandra respondió, no, usted perdió padre, porque ahora ellos están juntos, cerca de Dios y usted está aquí, solo, condenado por los hombres y esperando el perdón de Dios.

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